Textos Importados



Tierra


            El cerro de los santos adquiere al anochecer un aspecto más siniestro, y aún más cuando el cielo se cubre de esperpénticos y ennegrecidos nubarrones que vierten su gélido contenido sobre sus laderas. Hoy es una de esas noches, sin embargo, la lluvia viene acompañada de unos rayos que, esporádicamente, iluminan por completo el lugar; es precisamente en esos momentos en los que me quedo más quieto, viendo nacer y morir a mi sombra en cuestión de segundos. Custodiado de nuevo por la oscuridad, continúo fracturando la enmohecida tierra con esta oxidada pala. Antes de que amanezca otro santo morará en el cerro. 

Sucede



La respuesta está en el agua


            Habíamos pasado la tarde leyendo bajo la sombra del hayedo. Las nubes asomaban amenazantes y tomamos el camino de regreso, el más corto, el de la playa. Caminábamos descalzos, en paralelo, sobre la arena. Nuestras huellas seguían el mismo destino que nuestras vidas. No juntos, no iguales, no complementarios; simplemente paralelos. Entonces se desató la tormenta, calándonos hasta los huesos. Al escampar, quedó el rastro de nuestro paseo, el agua había dejado un surco, único, sobre el suelo.

Maite García de Vicuña



10 maneras de ser para escribir microrrelatos

 
 1. Sé respetuoso. La literatura ha dado grandes maestros que pueden enseñarte. Antes de escribir, por favor, lee.

2. Sé implacable. Escribe tu historia como la sientes. Cuando escribes con sinceridad, dejas que hable tu corazón.

3. Sé inconforme. Aun cuando creas que tu micro está listo, reléelo y enfréntate a él. Puede ser una batalla feroz, pero al final, ambos terminarán ganando.

4. Sé riguroso. No dejes ninguna palabra al azar. Tienes muchas cosas para decir y poco tiempo para convencer.

5. Sé iluso. Deja que tu imaginación llegue donde tu razón no te deja. Lo peor que puede pasar es que encuentres algo nuevo que decir.

6. Sé humilde. No subestimes la inteligencia del lector. Por más grande que te sientas, siempre lo tendrás a él como tu juez.

7. Sé travieso. Diviértete con lo que escribes. Si logras sacarle una sonrisa al lector, no importa cómo denominen tu texto. Ya hiciste algo grande.

8. Sé persistente. Si tu historia no convence, escribe otra. En algún momento, la cadena se soltará a tu favor.

9. Sé agradecido. Tienes dones y facultades que otros ni siquiera imaginan. Hay problemas reales en el mundo más allá de que a unos cuantos no les guste lo que escribiste.

10. Sé necio. Nadie puede decirte como escribir. 

Esteban Dublín
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