Cuando el ejército le retiró su apoyo, no le quedó
más opción que cesar como Jefe de Estado. Al día siguiente, todas las pantallas de televisión del país mostraban
al pueblo vitoreando con júbilo al Líder electo, mientras que se abucheaba al
dictador derrocado. El viejo militar observó las imágenes, firmó la cesión del poder,
y dijo:
–¿Cómo
piensa mantener su influencia sobre el rebaño sin el uso de la fuerza?
El nuevo Presidente echó un vistazo al documento y, mientras lo guardaba
en el portafolios, le respondió sin dirigirle la mirada.
–Someterles
por la fuerza ha sido su error. Yo les haré creer que son libres.
Este microrrelato forma parte de la iniciativa "Un cuento antes del fin del mundo"
Y lo consiguió...
ResponderEliminarBesos de fin del mundo desde el aire
Jolín, éste me parece tan real como la vida misma...
ResponderEliminar¡Gracias por participar! :)
Vaya hombre... y con razón. Yo no me siento libre para nada, que sepas!
ResponderEliminarUn abrazo
Vivimos entre ilusiones, pero no sólo con el poder.
ResponderEliminarY toda la fuerza del micro cae en ese "Yo les haré creer..." Es tremendo. La ilusión de la realidad. Bestial.
ResponderEliminarMe encantó tu cuento, Pedro! Saludos van
Creernos libres... No será que todos vivimos bajo la batuta de ese "nuevo Presidente"?
ResponderEliminarReflejás, con mucha dureza, la realidad que supimos conseguir
Un abrazo, Pedro
Es muy duro. Qué final. Y lo peor es que huele demasiado a realidad.
ResponderEliminarsaludillos navideños
Un micro que araña el realismo y se nutre de él, tocayo. No cabe duda de que has sabido sintetizar la realidad, dura, de un fin del mundo del que aún creemos que no se ha producido.
ResponderEliminar¡Muy bueno!
Un abrazo,
Pura realidad. Pura democracia, tal y como la conocemos.
ResponderEliminarSaludos, Pedro.
Duro final que engalana un gran microrrelato.
ResponderEliminarBuenísimo.
Saludos...
Yo les haré creer que son libres, esa frase lo dice y lo resume todo. ¡Buena tu aportación!
ResponderEliminarBesitos