En la década de los
cincuenta, un psiquiatra llamado Ewen Cameron, llevó a cabo varios experimentos
con electroshock con la intención de borrar la mente de sus pacientes y llenarla
de un nuevo contenido. La C.I.A. tomó nota de esos experimentos para elaborar
un manual llamado “Interrogatorios de contrainteligencia Kubark”. La tesis
fundamental que se sostenía en este manual era que una persona expuesta a un
shock sufría una regresión en su personalidad que la convertía en un sujeto vulnerable
a la sugestión y la obediencia.
Milton Friedman, premio Nobel de economía y el más
importante defensor de las teorías del libre mercado del siglo XX, también tomó nota de los
efectos del shock en la población, en su caso con el fin de posibilitar la
implantación de la política económica laissez faire, que caracteriza las tesis neoliberales. Sus primeros experimentos a gran escala
se probaron en Chile, durante la dictadura militar de Pinochet, y en Argentina
bajo la dictadura de Videla. En el ambiente represor y atemorizante de un
gobierno militar totalitario no fue difícil implantar las propuestas más
extremas del capitalismo, lo complicado era encontrar el modo de hacer lo mismo
en los países democráticos ya que, medidas tan impopulares y lesivas para gran
parte de la población, pondrían en serio riesgo la gobernabilidad de cualquier estado.
Fue
en Gran Bretaña, de la mano de Margaret Thatcher, donde se aprovechó por
primera vez el shock de una guerra, la de las Malvinas, para abrir las puertas
a la corriente más salvaje del capitalismo por parte de un gobierno parlamentario.
A partir de entonces quedó probada la conveniencia de las crisis, (bélicas, económicas,
desastres naturales, etc.) para provocar en los ciudadanos el necesario estado
de conmoción que les obligue a bajar la guardia ante las políticas abusivas de
sus gobernantes. El libre mercado ha ido ganando terreno desde entonces a base
de privatizaciones, desregulación de los mercados y recortes en los derechos
del trabajador entre otras medidas.
Como sociedad vivimos bajo el imperio del miedo
regresionados a una etapa cuasi infantil en la que nos dejamos manipular por
aquellos que se nos presentan como defensores de nuestros intereses. Apenas nos
damos cuenta de lo mucho que hemos perdido, y seguimos perdiendo, en materia de
libertades y derechos, mientras que una minoría está rentabilizando una crisis
que ellos mismos han creado.
Hoy os presento a Naomi Klein, una periodista
especializada en los efectos de la globalización, autora de “No logo” y “La
doctrina del Shock”. Este último libro da título también al documental que
comparto hoy con tod@s vosotr@s, dirigido por Michael Winterbottom y Mat Whitecross, y que nos desvela
la ideología subyacente y el desarrollo cronológico de lo que la autora
denomina el capitalismo del desastre.
Feliz fin de semana.